la rutina aparente

Me llama la atención el uso de los blogs. Me conecto a internet desde el 99 y no sabía que ese concepto se materializaba en miles de páginas personales, de personas que vierten su desahogo periódicamente, casi como un ejercicio terapéutico, donde resulta revitalizadora la constatación de que diariamente queda plasmado algo de nosotros mismos. Es interesante esto de dejar pequeñas huellas. Hace un par de día me metí a google con la intención de saber lo que era un blog, y posteriormente decidí crear esta página justamente con la intención de compartir opiniones acerca de lo que veo diariamente. Lo más curioso, es que me hallándome físicamente en un estado de desconexión, dónde el día comienza con una taza de té y termina con un a taza de té, siento que puedo participar de esta construcción de cotidianeidades, aun cuando, esté encerrado las 24 horas del día.
Comencé desde hace un tiempo el estudio de un examen que pretendo dar en septiembre, y para estudiar de mejor forma, volví al útero materno, a la vieja casa provinciana y acogedora que me vió partir hace unos años a santiago.
Han pasado tantas cosas , que el experimento de volver a ratos se vuelve un poco insoportable, pero no lo suficiente como para decaer y sentirme desadaptado.
El problema está en que los provincianos asumimos que al salir del colegio nos vamos . Lo rico es que en mi casa nadie me molesta. Mis hermanas estudian en Santiago, y mis padres se van a trabajar desde temprano.
Y yo, comienzo el día abriendo la tapa de un libro decimonónico , dónde se estructura parte importante de nuestra" institucionalidad". Suena súper entrete...

Pero decidí que no iba a estudiar de mala gana para el examen de grado, cómo ha sido la tónica durante la carrera de derecho, dónde me preguntaba cada quince minutos por qué cresta estaba leyendo tanta mierda, llena de abstracciones , con sus categorías y su lenguaje técnico que te hace hablar como un idiota.

Debo reconocer que al final no me desagrada esta carrera, porque si hay algo que aprendí, fue que no es el derecho, sino que todo lo que hacemos , lo que contiene una buena carga de incertidumbre, un modelo de amplitudes teóricas que se hallan en algún manual de mala muerte, o en alguna conversación de pasillo donde te conminan permanentemente al pajeo mental y a la autodefinición. Y tù? qué piensas? y tú? Quién eres?. Bueno, ahora creo tenerlo muy claro, y eso me hace sentir una satisfacción especial, una liviandad que creo que no haber tenido. Supongo que es una exquisita calma que ahonda aún más el placer de decir que he tomado importantes decisiones en la vida, y que eso me ha hecho crecer, al punto de poder mirar con la frente bien en alto y con una sonrisa orgullosa, que me siento más vivo que nunca.