Thursday, March 24, 2005

El emisario de las buena vida

Terminé mi discurso señalando que no era partidario del uso de monedas. Sólo trueque. Arena, mi compañera en desacuerdo, planteo la necesidad de hacer algunas excepciones con quiénes se dedican a las labores intelectuales, en el sentido, de que junto con recibir lo que ellos estimen conveniente y que surja como resultado de una negociación previa, sería bueno que puedan recibir una pequeña remuneración como la que realizan en en el pueblo de la ladera, dónde un grupo de ancianos economistas, férreos partidarios de la restauración , conforman el consejo de ancianos local.
Al final de una breve discusión, decidimos primero esperar de qué forma se estaba llevando a cabo el plan de las cosechas de los pueblos vecinos, y antes de cualquier decisión de adopción de moneda, sabíamos que nuestra apuesta estaba en la originalidad de la simpleza humana, del trabajo propio, y no de acumulaciones que pudieran hacer más complejo nuestro sistema institucional, porque si eso ocurría, comenzarían a surgir las elites que empezarían a tomar decisiones burocráticas, sobre las cuáles en la mayoría de los casos, no tendríamos mayor ingerencia.

Decidimos que cada uno de los mil quinientos amigos, depositara una ficha de color rojo, si me aprobaba de emisario, o una ficha verde si apoyaba la opción de que fuese Arena la encargada, sobre las pesas de una balanza, depositaria por un lado de las fichas verdes y por otro, de las fichas rojas. Mientras eso ocurría, invitamos al grupo de amigos de la música que nos deleitaría con su característico sonido de rumba flamenca, herencia de ciruelito, el gitano viejo muerto el año pasado, que legó a una generación de artistas, las destrezas en la técnica de la guitarra y la vocalización.

Yo estaba muy contento, porque estábamos en medio de nuestro foro, y alrededor veía a mis vecinos bailando felices y circulando por las terrazas que habíamos construído con tanto esmero. Era un día alegre, porque habíamos podido instalar el sistema energético solar y eólico que permitía que no faltara el calor en nuestros hogares, y yo sabía que a pesar del agotamiento, nuestra celebración era la culminación de una etapa que nos hizo sentir un orgullo especial por el lugar que estábamos habitando, pero que nos aislaba en gran parte con las zonas que quedaron devastadas por los destructores metabólicos, que provocó la hambruna de dos tercios de nuestra población en el tiempo de nuestros abuelos. Luego vendrían los grandes movimientos migratorios y las guerras civiles provocadas en cada una de las zonas devastadas, como consecuencia del surgimiento de mafias transnacionales que monopolizaron los alimentos y las fuentes energéticas. Con la destrucción definitiva de los Estados modernos, los habitantes de lo que hoy denominamos las ruinas, decidieron agruparse con las regiones de la montaña, que presentaban mejores condiciones para el desarrollo de un sistema de vida que ya cobraba mayor importancia en las regiones del sur del planeta, y que consistía en vivir en pequeñas comunidades humanas que ocupaban algún territorio abandonado, utilizando el sistema que implementó Bolivia un siglo atrás, donde el caos institucional ,provocaría la primera revuelta eco energética, donde los indígenas abogaron por el establecimiento de un estatuto de sustentabilidad y autogestión que con el tiempo fue imitado y perfeccionado con resultados sociales impresionantes en lo que se refiere al desarrollo humano, por permitir una mayor integración con los ciclos de la tierra, por el respeto a la naturaleza y por el concepto de progreso integrador de los elementos ecocéntricos , que mezclaba elementos científicos occidentales postmodernos, con la cosmovisión de algunos pueblos indígenas sudamericanos.

De pronto los músicos pararon de tocar sus instrumentos, y el encargado electoral abriría la cortina que revelaría la balanza.

Mientras contemplaba expectante la apertura de la bambalina, pensaba en la posibilidad de ver a mis padres, a quiénes no veía hace bastante tiempo, y de los cuáles tuve noticia hace dos años atrás. Saber que estaban vivos alimentó en mi las ganas de poder participar de la construcción de este pequeño mundo que quizás en algún momento, acogería también a los míos.

1 Comments:

Blogger Great Pretender 11 said...

Hola.

Ahora una recomendación literaria, que creo disfrutarás, por el estilo de tus posts: Fundación, de Isaac Asimov (¿o quizá ya la leíste?).

Saludos,

GP

7:22 PM  

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