Friday, April 01, 2005

Un lugar en el mundo

Soy ateo, pero siempre que me refiero al catolicismo, primero aclaro que fui católico hasta los 16 años. Recuerdo que estaba haciendo la confirmación, y en el momento del credo, no fui capaz de decir palabra alguna. Me dí cuenta en ese momento que no podía forzarme, y que en cierta forma sabía muy bien que los motivos de mi aferramiento a eso que llamamos fe, respondía más bien a una clara forma de desviar la mirada hacia cuestionamientos personales que se encontraban latentes.
Ahora, con 23 años y teniendo claro que soy un homosexual ateo izquierdista estudiante y latinoamericano, comienza entonces la reflexión acerca de las chapas y los títulos y nombres con que nos vamos designando a lo largo de nuestra vida. Puedes ser llamado doctor, maestro, jefe, profe, papá, delincuente, retrasado, cuico, pobre, huaso, flaite, maricón, comunista o facho, pero entonces llega un momento en que la pregunta identitaria se contesta con la designación de un solo individuo. Al final acabo siendo yo mismo mi propias mayoría y al mismo tiempo mi propia minoría. Es cierto, existen ciertas características que hacen que una persona se gane el apelativo de normal,si es que cumple con las normas de trato social que su cultura o la estructura gobernante le impone, pero también podríamos decir que existe por ejemplo en países como chile una pequeña minoría católica fundamentalista, que es inferior al 10 % de la población, que al mismo tiempo controla en buena parte los grandes grupos económicos y que a partir de ahí, es capaz de imponer su influencia en aquellos que toman las decisiones políticas fuertemente resguardadas a través de mecanismos que garantizan la perdurabilidad de la misma clase política.
Quizás no esté diciendo nada nuevo, pero finalmente la pérdida de la individualidad incluso en estos sectores está perdiendo alguna fuerza, al menos mediática. Los medios de comunicación dejan de vender si no muestran culos y tetas y eso lo sabe muy bien Ricardo Claro.En ese aspecto la creación de entretenimiento que pueda venderse masivamente, permite que los cuestionamientos morales queden dejados de lado, porque desde el punto de vista del mercado, resultan poco rentables .

Resulta también poco rentable el debate público,puesto que para que algún nuevo medio pueda incorporarse, deberá competir de igual a igual con gigantescos conglomerados que ponen toda su maquinaria comunicacional y financiera frente a la cual no es posible siquiera generar un contrapeso.

Y he ahí el problema. A medidad que surgen fenómenos interesantes, como el debate acerca de la homosexualidad, surge también un banalización del mismo, cuando "la chapa" te absorve como fenómeno de mercado, donde por tener el perfil de gay, comprarás determinadas marcas, irás a determinados lugares y leerás determinados libros, luego existen ciertas tendencias que te uniforman y caemos nuevamente en la pregunta de si realmente somos un grupo que pertenece a una categoría ontológica por el sólo hecho de tener una opción sexual.

Si abogas por cambios en el sistema institucional, buscando por parte del Estado el reconocimiento y la garantía de no ser discriminado arbitrariamenmte en el trato, en lo que dice relación con las relaciones patrimoniales o familiares que puedan darse como consecuencia de familias conformadas por parejas homosexuales, entonces constatas el llamado absolutista de quiénes quieren imponer su verdad , y desean tapar el sol con un dedo antes de escuchar, colocándote el nombre de peligroso, de desviado, de infeliz y apartado de los valores constitutivos de la familia, de la continuidad de la humanidad, de la dignidad y el pudor.

Si abogas por querer cambiar el sistema electoral, que permitirá una descentralización y una mayor participación ciudadana, entonces los protectores de la libertad verdadera, te contestarán que eso es algo que la gente no quiere, que lo realmente importante son sus verdaderos problemas, que nosotros, los que tradicionalmente hemos ejercido la política , estamos llamados a asumir el sacrificio del servicio. Y se mantiene la misma clase política , por los siglos de los siglos. Sin embargo, habemos muchos que creemos que hablando con la verdad, que reivindicando nuestro derecho a ser individuales, a no dejarnos influenciar, vamos a conseguir armar las redes que permitan alzar una voz que al menos nos permita decir que queremos hacernos dueños de nuestro propio destino.

No tengo nada en contra de los católicos,de hecho ellos también en algún momento fueron considerados minoría, y fueron perseguidos. Muchos líderes de la Iglesia lucharon e incluso dieron su vida por la lucha contra la opresión de la dictadura en Chile. Creo que al final cada uno tiene que darle un sentido a la vida. Yo me siento muy privilegiado, porque con la guata llena, al menos puedo darme el lujo de pensar que al menos puedo elegir y luchar por una vida donde abogue por una hermosa y llevadera resistencia.

2 Comments:

Blogger Br1 said...

El catolicismo es un bizarro mecanismo defensivo para prolongar el primitivo sentimiento de seguridad que primero depositamos en la figura paterna y luego desplazamos a este Dios que nos guia y nos cuida.
Lo hacemos porque en el fondo sabemos lo solos que estamos en el universo, y lo incapaces que somos para cuidarnos nosotros mismos.
Y no lo aceptamos, lo negamos.

Los curas se aprovechan de esto y como en ellos hay una sublimación de la homosexualidad, que no soportan sentir que pueden amar a un hombre cualquiera, se entregan a este otro hombre magnifico y omnipotente, que no solo siempre los cuidara y los guiará a ellos, sino que al resto de la humanidad.
Se sienten seguros y saben que nadie los juzgara por amarlo.

Y de repente, uno que otro no lo soporta, y empieza a violar niños.

Esa es la dinámica de la iglesia.

Buen blog, te agregué a mis favoritos, yo también soy homosexual ateo izquierdista estudiante y lationamericano. A eso sumale de provincia.
Y hablamos el mismo lenguaje.

1:58 PM  
Blogger Great Pretender 11 said...

Creo que las clases de religión en los colegios tienen un componente negativo en la formación de la persona, y es que nos inculcan respuestas antes de darnos lugar a hacernos nosotros mismos las preguntas y buscar una respuesta.

Por una parte veo una buena intención de aliviar la ansiedad que pueden generar ciertas preguntas, típicamente las existenciales. Por ejemplo, la existencia de Dios como creador del hombre pretende ahorrarnos la pregunta de cómo llegamos a este mundo y qué se supone que tenemos que hacer en él; pero también se presta para dirigir a la masa en direcciones que pueden ser muy discutibles.


Por otra parte, debo decir que no "comulgo" (jeje) mucho con tu tono persecutorio de los grupos de poder. Aunque es que quizá el tema no me engancha tanto (aunque quizá debería, puede ser). En todo caso, te doy este link, para que veas la otra cara de la moneda.
http://www.jefflindsay.com/smokophobia/index.html

7:42 PM  

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